A LOS ORGANISMOS Y LAS ASOCIACIONES QUE DIVULGAN NUESTRAS VERDADES.

Dad sin pedir nada a cambio si queréis que la Verdad  de nuestra obra triunfe en el espíritu y el corazón de los hombres.
 
Mientras pidáis un solo céntimo a cambio de lo que dais de nuestra parte, vosotros habréis comercializado la Verdad de nuestra Obra, como cualquier mercancía terrestre.
 
Acordaros: “Dad y os se dará el doble” 

Monopolizar, hacer suyo esto que nosotros para elevar el concepto real de la verdad revelada, es un acto de hostilidad declarada contra vuestra Conciencia, es un abuso que puede tener un castigo severo.

 
Nosotros estamos con los que por caridad de fraternal benevolencia universal, dan los conocimientos que nosotros inspiramos por la Voluntad Divina superior en sus espíritus y en su corazones, simples y desinteresados. 

Nosotros no estamos, y esto de la forma más absoluta con los que explotan los conocimientos de los iluminados y los designados que sacan provecho y hacen comercio sin escrúpulos.

 
Nosotros reprendemos enérgicamente a los que han tenido nuestros valores demostrativos divinos y humanos y los han dado contra una remuneración impuesta. ¡Estad ciertos de esto!  

Quien conoce verdaderamente la obra de Jesús-Cristo, sabe que él fue dador de las Verdades eternas, sin demandar nada, sin ninguna condición, sin ninguna imposición de precio para que quien quiera la Luz de la Verdad de su Santa Palabra, reveladora de Amor y de Justicia Divina.

 
Los organismos que se han constituido en la tierra para preparar y divulgar a toda la humanidad los grandes acontecimientos anunciados por nuestra presencia en el mundo son numerosos, pero sólo un pequeño número de ellos prosigue su misión al precio de duros sacrificios, con una sana semejanza a la obra Crística. 

Ciertos hombres de la Tierra a quienes hemos dado la ocasión de tener pruebas positivas de nuestra realidad, se han dejado a menudo arrastrar por el vicio de la ganancia fácil, apropiándose de lo que nuestros medios  han edificado para una mayor conciencia de la realidad.

 
Ellos divulgan sí, pero con una inmediata y explícita compensación en dinero. Pena que ellos también infligen a los que tienen necesidad de creer, sin esta forma que hace nacer la sospecha de la falsedad especulativa y el temor a caer voluntariamente entre las manos de los vulgares negociantes. 

Nosotros reprendemos a los que como Jonás has sido reincidentes y los ponemos en condición de no aceptar nada mas que la caridad, que brota espontánea del corazón de los que han creído,  porque han tenido la posibilidad con amor fraternal, de conocer la Verdad sin haberla comprado.

 
A estos les decimos, estar atentos y recuperarse pronto. 

Esta advertencia os llega por intermedio de nuestro de nuestro operador Eugenio Siragusa, del que conocemos bien la conciencia y la Obra.

                                                      LOS HERMANOS EXTRATERRESTRES
                                                             (Catania, 20 de Octubre de 1965)